Hay personas que se pasan la vida intentando encajar. Encajar en el molde de una sociedad prefabricada que no los identifica. Y lo único que se logra es vivir con una enorme frustración porque por más duro que lo intentes no encajás. Sobra de acá, falta de allá, pero el molde no tiene nada que ver con vos. Lo cual te deja solo con dos posibilidades, te quedas ahí, te camuflas y de a poco empezás a moldear, tranformándote de a poco para que las diferencias no sean tan notorias, para que un día ya ni vos lo notes. Para que un día hayas cambiado tanto con la intención de encajar que ni vos mismo te reconozcas. Y ahí te preguntes: Quién soy? Qué hice?
Es muy difícil ir por la vida intentando encajar, pero lo hacemos una y otra vez. Y aceptamos cosas que no nos gustan, escuchamos cosas que no queremos, nos relacionamos con gente que nada compartimos, vamos a lugares que no queremos y hacemos cosas solo por complacer al resto. Pero seguimos haciéndolo, creyendo que es lo que está bien, o lo normal, porque simplemente no nos detenemos a preguntarnos si eso está bien o mal. Y creamos lazos frágiles, débiles, y vacíos de verdad. Confiamos en eso porque es todo lo que tenemos, entonces nos aferramos, creyendo que es valiosísimo o que los años hacen que la relación sea cada vez más fuerte, más verdadera. Y no hay nada más lejos de la realidad. Alguna vez te detuviste a pensar de verdad si esa relación la elegís día a día y en cada situación de tu vida o es simplemente algo que se dió y tal vez si lo tuvieses que elegir no lo harías. Te pusiste a pensar en el verdadero significado de amistad, de amor, de lealtad?
Podés llenarte la vida de amigos probablemente no sea mas que uno el que verdaderamente cuente. La verdadera amistad se nota cuando la felicidad de la otra persona es tu propia felicidad.
“Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima.”
Oscar Wilde
Pero también tenemos otra opción, que es aceptar que no encajamos simplemente porque somos diferentes. Y ese es un regalo del universo, qué maravilla poder ser diferente, marcar la diferencia. Podés entender lo valioso que puede ser no encajar y dejar de intentarlo, crear tu propio mundo, dejar de seguir las reglas, romper con los moldes, alejarte de todo eso para crear algo mejor. Algo que te haga al fin sentirte cómodo, en tu lugar. Algo que te dé la oportunidad al fin de ser vos, tu verdadero vos, donde ya no tenés que encajar, no te tenés que amoldar, no te tenés que preocupar si quiera por eso porque no existe más que la alegría del ser, del ser en su máxima expresión. Ya no importa ser aceptado o no por el otro, ya no importa sentirte bien o mal con el que tenés al lado porque te sentis bien con vos mismo y con eso basta. Por que es precisamente eso lo que te lleva a evitar el conflicto. Eso es lo necesitamos para sentir que estamos en el lugar indicado. Cuando al fin sentís ese amor inmenso e indescriptible entendés, entendés ese mundo tan distinto que tanto te costaba entender. Ahora si podés hacerlo, pero lo más importante es que entendes porque no encajabas y por fin agradecer de que haya sido así. Hoy elegís no encajar, hoy elegís seguir tu camino, hoy elegís regalarle al mundo ese brillo de autenticidad que tanto puede cambiar.
Hoy entendés que sí, sos diferente. Y eso es lo lindo, eso es justamente lo que le da sentido a todo.