Hay un dicho que dice ‘detrás de todo gran hombre hay una gran mujer’ y es así porque siempre tuvimos la capacidad de controlar el mundo desde las sombras. No hacía falta demostrar nada, ni ser la imagen de nada, no necesitábamos estar en el poder para ser lo que siempre fuimos. Siempre tuvimos la maravillosa habilidad de cambiar el mundo sin necesitar el reconocimiento de nadie.
El feminismo empieza en casa, tomando el poder individual desde nuestro hogar. Sabiendo lo que somos, creyendo en una misma, en tu fuerza, en tu poder, en tu capacidad, creyendo en vos y haciéndote respetar en cada situación. Sabiendo lo que mereces, aceptando lo bueno, rechazando lo malo. Alejándote de lo que te lastima, no permitiendo que te denigren, que te mientan, que te usen, que te humillen ni que te subestimen. Demostrando tu valor, tu valentía. Siendo dueña de tu vida.
No necesitamos salir juntas a la calle a romper todo. Estamos juntas porque nadie nos conoce más que nosotras mismas. Nadie puede entender mejor a una mujer que otra mujer. En lugar de enemistarnos, de competir, y vivir en una batalla constante, centrémonos en lo que nos une, en lo que nos hace únicas. Busquemos y valoremos lo lindo de cada mujer y apoyémonos en el día a día. No critiques a tu compañera por vestirse ridícula, no acuses a tu colega de querer seducir a tu jefe, no compitas con tu hermana, no envidies a tu amiga.
Demostremos nuestro poder estando juntas, unidas en lugar de todas nuestras debilidades en un batallón que sale a la calle. Cuando lo hacemos a modo de lucha estamos dando por hecho que hay algo que nos tienen que otorgar. A quién se lo pedimos? Al patriarcado? Acaso no vemos que el poder ya lo tenemos?, nadie tiene que darnoslo, a nadie se lo tenemos que pedir. Ni con amor ni con guerra. No necesitamos perder energías en eso. Centrémonos más bien en lo que nos hace fuertes, mejor intensifiquemos todas nuestras capacidades, estudiemos, aspiremos a juez, presidente, arquitecta, futbolista o lo que sea que deseemos hacer y demostremos nuestro valor en el campo de juego.
Salir a romper todo solo demuestra nuestra inseguridad, creernos inferiores, enojándonos y atacando solo demostramos estar a la defensiva por la falta de seguridad propia. No necesitamos más que empezar a reconocernos nosotras mismas. No queremos la igualdad, porque somos bien diferentes. Y no nos llevan las bolsas del súper porque seamos débiles, las llevan porque somos inteligentes y preferimos disfrutar de una caminata livianas mientras alguien carga con las bolsas algún día, por qué no?. Somos sumamente inteligentes, no débiles. Pero vamos demostrando debilidad en cada reclamo. Empecemos en casa, construyámonos como mujeres, fuertes y valientes, y comámonos el mundo. De la forma más hermosa posible, viéndonos florecer en el camino. Salgamos solas de las sombras, dejemos de caminar detrás de los grandes hombres y vayamos a la par.